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Como elegir un fideicomiso agropecuario

Una de las opciones de inversión más mencionadas en los últimos tiempos, por su rentabilidad superior con respecto a otras, es el fideicomismo agropecuario, también conocido como “pool de siembra”. Esta modalidad permite entrar al negocio agropecuario con una cantidad de dinero moderada (lo ideal es por lo menos 10 mil dólares) y obtener una tasa de rendimiento de hasta 25% según la campaña, con lo que quedaría a cubierto de la inflación real.

Debido a estas ventajas existe interés entre personas ajenas al sector agropecuario e incluso productores que, por su escala, pueden invertir en una época donde hay menos disponibilidad de campos en alquiler. Con la creciente oferta de estos fideicomisos, quienes quieren participar deben tener en cuenta algunos aspectos para que su inversión sea segura. Super CAMPO consultó al economista Sebastián Olivero, quien detalló algunos de los elementos que sería onveniente considerar:

El historial del fideicomiso o el pool y dónde está operando, consultándolo a través de la página web o por información consolidada que haya sido auditada por una firma seria y con trayectoria en el medio. De esta manera se puede conocer la rentabilidad de las últimas campañas y determinar, si hubo un año más flojo, cuáles fueron las causas.

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Primer fideicomiso financiero de producción ganadera

Se trata de un Fondo de Inversión Directa impulsado por la Bolsa de Comercio del Chaco para la transformación de terneras de entre 220 y 250 kilogramos en vaquillonas preñadas para su posterior comercialización.

Con la asistencia de inversores, empresarios, funcionarios y público en general se lanzó en primer lugar en la Bolsa de Comercio del Chaco y luego en las bolsas de comercio de Buenos Aires, Rosario y La Plata el primer Fideicomiso Financiero de Producción Ganadera.

El Fondo de Inversión Directa fue organizado por la Bolsa de Comercio del Chaco, Fiduciaria del Norte SA y Nuevo Chaco Bursátil SA Sociedad de Bolsa y constituye un hito en el objetivo de utilizar las herramientas del mercado de capitales para financiar proyectos de la economía real.

El Presidente de la Bolsa chaqueña, Manuel García Solá, resaltó las bondades del producto haciendo especial énfasis en que se trata de “una alternativa de inversión financiera destinada a la economía real organizada y ejecutada luego por profesionales y empresas chaqueñas principalmente, demostrando que nuestra provincia cuenta con recursos humanos y tecnológicos que le permiten hacer punta tanto en lo productiva como en el mercado de capitales, algo de lo que debemos enorgullecernos”.

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Fideicomiso ganadero: Una oportunidad para volver al ruedo

La figura del fideicomiso ganadero es una alternativa para inyectar dinero en una actividad que busca recuperar el terreno perdido tras la fuerte liquidación del stock; los casos más exitosos

En los últimos años, los ganaderos argentinos se han descapitalizado por políticas oficiales que desalentaron la actividad e hicieron liquidar sus rodeos. Hoy, la realidad es que por la menor oferta los precios de la ganadería se han recuperado, y hay muchos productores que quieren volver a la actividad. Pero la pregunta es cómo: fundamentalmente, es problemático este regreso para el pequeño productor que no tiene recursos financieros para comprar vacas ni para producir pasturas.

Es en este contexto que toma dimensión la figura del fideicomiso ganadero, una herramienta que algunos empresarios ya están utilizando (como se informa por separado) pero que, según algunos especialistas en el tema, no está muy difundida aún por falta de conocimiento, y que constituye una oportunidad de inyectar dinero, tanto del sector como fuera de él, a la actividad.

El fideicomiso ganadero es un contrato de capitalización de hacienda que consiste en que una persona o sociedad (el capitalista) propietaria de hacienda o con capital para adquirirla la coloca por un tiempo determinado en un establecimiento agropecuario propiedad de otra persona o sociedad (el propietario o capitalizador), que tendrá la obligación de manejarla y alimentarla, repartiendo al final del contrato las ganancias (por ejemplo, terneros, kilos de hacienda gorda, etcétera) en las proporciones determinadas en el contrato.

Esta herramienta aporta transparencia y seguridad al negocio, siempre que el fiduciario (que es un tercero que se contrata para desarrollar el negocio) tenga experiencia en la administración de este tipo de actividad, según coincidieron Francisco Pertierra Cánepa, profesor titular de la Cátedra de Fideicomisos de la Universidad del Centro de Estudios Macroeconómicos de la Argentina (CEMA) y director ejecutivo de la Asociación Argentina de Fideicomisos y Fondos de Inversión Directa (Aafyfid), y Horacio Colombet, de Servicio Financieros Rurales, de la Unidad para el Cambio Rural (UCAR) del Ministerio de Agricultura de la Nación.

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